Wednesday, April 1, 2009

La Ley de Murphy

Dice que si algo puede salir mal, saldrá peor. La previsión para ayer parecía mejor que para anteayer, así que llevé la 87 litros a San Jorge. Nuevo error, nuevo error. El viento más flojo y racheado, más terral (había que haber probado en Santa Comba), y las olas más pequeñas. Difícil ceñir con una tabla con la que solo planeo a ratos escasos. Hoy habría ido mejor la 129 litros. La Ley de Murphy aplicada al windsurf dice que si te dejas una tabla ó una vela en casa, esa misma será la que necesitarás. Lección aprendida: llevar siempre todo.


Pero la guinda la puso el gilipollas cabrón hijoputa que me rompió la luna trasera del coche, y la del coche del Sputnik mayor (por cierto nos alegramos que haya vuelto al windsurf, ya totalmente recuperado tras su grave accidente con el kite), robándole la ropa al pobre, yo me salvé por dejar todo en el maletero en vez de en el asiento de atrás. Ahí te pudras en el infierno cacho cabrón, romper dos lunas para robar unos pantalones, qué pringao eres.

Me temo que a partir de ahora paso de aparcar en medio de la playa, al lado del chalet. Consejo para todos: no dejéis nada a la vista dentro del habitáculo.

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